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Piel envejecida: arrugas y descolgamiento

¿A partir de qué edad comenzamos a encontrar los principales signos de envejecimiento en la piel? ¿Cuándo debemos preocuparnos? A partir de los 25 años es cuando se exponen estas señales entre las que se encuentran: las arrugas, el descolgamiento de la epidermis y la superficie desnivelada. A continuación, exponemos cada una de estas características propias de la vejez.

En primer lugar, tenemos que mencionar a las arrugas. Son pequeñas líneas que están presenten en diferentes puntos faciales estratégicos como por ejemplo: las patas de gallo presentes en los ojos. Otra zona en la que podemos observar la tímida aparición de las arrugas es en lo que se denomina como las líneas de la risa, que están en las mejillas. Y por supuesto, no debemos olvidarnos de aquellas que están presentes en la frente. Pueden darse por simples gestos que hacen las personas al hablar. Sin embargo, conforme va pasando el tiempo, son adoptan una mayor profundidad.

Otra característica principal donde hacen su aparición las arrugas es en aquellas personas que están continuamente frunciendo el ceño cuando están hablando o incluso en las escuchas y al expresarse mediante comunicación no verbal. Aparecen, por lo tanto, líneas que tienen unas formas verticales situadas entre las cejas.

Descolgamiento de la piel como signo de envejecimiento

Una vez que hemos revisado todas las áreas de la cara donde pueden presentarse trazos de la vejez mediante las arrugas, continuamos con los siguientes indicios como el descolgamiento. Este efecto al que nos estamos refiriendo tiene consecuencias muy evidentes como la laxitud de la dermis y podemos verlo sin problemas en el cuello, con el posterior descolgamiento y la aparición de la papada colgando justo debajo de la barbilla.

Todos estos cambios en la piel que estamos experimentando tienen unas transformaciones muy evidentes que hacen que nuestro aspecto facial se vea más deteriorado. Debido al envejecimiento, la cara pasa a manifestar unos atributos de agotamiento, tristeza y negatividad.

El tercer distintivo de envejecimiento en el cutis lo encontramos con la falta de densidad con el debilitamiento de la piel y la delgadez en la misma, como síntomas principales. Desde la Clínica Gómez Bravo queremos hacer la siguiente puntualización. No tiene nada que ver con las arrugas que se manifiestan en lugares muy concretos de la cara, que frente a la escasez de densidad, que se da en todo el ámbito facial por completo.

Distinciones de envejecimiento por capas cutáneas

Antes de proceder a explicar los diferentes indicios de envejecimiento en función al deterioro de las diferentes capas de la piel, hacemos un breve repaso de las mismas. Contamos con la epidermis en la parte superior, dermis y por último, el tejido subcutáneo. En la parte de arriba de la epidermis estos cambios van haciéndose paulatinamente. Pero, ¿qué es lo que nos encontramos entonces? Sequedad y zonas ásperas. Con el paso del tiempo, esta capa va envejeciendo y es más sensible a los rayos solares. Además, la cicatrización de las heridas lleva un proceso mucho más lento.

Por su parte, en la dermis, estos desperfectos cutáneos provocan la creación de arrugas y la elasticidad también convive entre tales imperfecciones. Como efectos añadidos, nos encontramos con la rotura de los vasos capilares y la pérdida de la tonalidad rosada de la piel. Todo ello, a consecuencia de las limitaciones de la circulación sanguínea.

Y, por último, en el tejido subcutáneo, cambian el tamaño y la cantidad de células que se encargan del almacenamiento de lípidos en la capa adiposa. Las consecuencias que sufrimos son la pérdida de elasticidad que hemos comentado anteriormente y las arrugas que se van creando.

Desde la Clínica Gómez Bravo, esperamos que este artículo os haya servido de guía para conocer los signos de envejecimiento en la dermis. Cualquier duda, no dudéis en pasaros por el centro y estaremos encantados de atenderos.

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